DEDUCCIÓN POR DEPRECIACIÓN DE ACTIVOS
Los
contribuyentes pueden deducir del impuesto a la renta la depreciación de los
activos en la medida en que se cumplan los requisitos que señala el estatuto
tributario.
Tabla de contenido
Deducción por depreciación en el estatuto tributario.
La depreciación de activos es deducible del impuesto a la renta según lo
señala el artículo 128 del estatuto tributario que de forma general señala:
«Para efectos del impuesto sobre la renta y complementarios, los
obligados a llevar contabilidad podrán deducir cantidades razonables por la
depreciación causada por desgaste de bienes usados en negocios o actividades
productoras de renta, equivalentes a la alícuota o suma necesaria para
amortizar la diferencia entre el costo fiscal y el valor residual durante la
vida útil de dichos bienes, siempre que éstos hayan prestado servicio en el año
o período gravable.»
De lo anterior se concluye que la deducción por depreciación procede si
se cumplen los siguientes requisitos:
1. El contribuyente está
obligado a llevar contabilidad.
2. Es deducible la
depreciación de activos que hayan contribuido a generar renta.
3. El activo debe
generar renta en el periodo gravable en que se solicita la deducción.
4. La depreciación se
debe calcular según las normas tributarias.
Es importante señalar que según la norma la depreciación no es deducible
para los contribuyentes que no llevan contabilidad, haciendo imposible que una
persona natural no comerciante pueda deducir los gastos por depreciación; no
obstante la sección cuarta del Consejo de estado ha emitido sentencias en
sentido contrario como la 12316 del 8 de marzo de 2002, con ponencia del magistrado
Juan Ángel Palacio: «Comparte la Sala el argumento expresado por el apoderado
judicial de la parte actora en el sentido de que no puede rechazarse esta
partida bajo el anterior argumento, toda vez que la contribuyente no está
obligada a llevar contabilidad y de exigirse su registro contable so pena de
ser rechazado, sería discriminatorio e inequitativo, respecto a quienes pueden
solicitar la deducción por depreciación dependiendo si están obligados o no a
llevar contabilidad y se le estaría dando un alcance a la norma que no
corresponde a su sentido.»
Más adelante señala la misma sentencia:
«Y es que la depreciación no la causa un registro contable, la
depreciación la causa el desgaste o deterioro normal por el uso de un bien y
atiende a la necesidad de reconocer racionalmente y en forma sistemática el
costo del activo utilizado en la actividad productora de renta; por lo tanto
los activos destinados al negocio o actividad rentable que poseen todas las
personas, son objeto de la depreciación durante la vida útil de esos bienes,
independientemente de su calidad de comerciante o no, o de que deban llevar
libros de contabilidad o no. Otra cosa es que para la procedencia se
deban establecer el cumplimiento de ciertos requisitos que la misma ley tributaria
consagra.» El supuesto sigue siendo el mismo por lo que tal criterio
jurisprudencial no ha perdido vigencia, pero esta posibilidad no aplica para
todas las personas naturales sino para las que puedan imputar costos y
deducciones según la cédula a la que pertenezcan.
Activos que se pueden depreciar fiscalmente.
El artículo 135 del estatuto tributario señala de forma taxativa cuáles
son los activos que se pueden depreciar fiscalmente: «Para efectos del impuesto
sobre la renta y complementarios serán tratados como bienes tangibles
depreciables los siguientes: propiedad, planta y equipo, propiedades de
inversión y los activos tangibles que se generen en la exploración y evaluación
de recursos naturales no renovables, con excepción de los terrenos, que no sean
amortizables. Por consiguiente, no son depreciables los activos movibles, tales
como materias primas, bienes en vía de producción e inventarios, y valores
mobiliarios. Se entiende por valores mobiliarios los títulos representativos de
participaciones de haberes en sociedades, de cantidades prestadas, de
mercancías, de fondos pecuniarios o de servicios que son materia de operaciones
mercantiles o civiles.» Si contablemente se deprecia un activo que la ley
fiscal no considera, esa depreciación no será deducible del impuesto a la
renta.
Base para calcular la depreciación fiscal.
El artículo 131 del estatuto tributario señala la base que se debe
utilizar para calcular la depreciación para que sea deducible: «Para las
personas obligadas a llevar contabilidad el costo fiscal de un bien depreciable
no involucrará el impuesto a las ventas cancelado en su adquisición o
nacionalización, cuando haya debido ser tratado como descuento o deducción en
el impuesto sobre la renta, en el Impuesto sobre las ventas u otro descuento
tributario que se le otorgue. Para efectos del impuesto sobre la renta y
complementarios, un contribuyente depreciará el costo fiscal de los bienes
depreciables, menos su valor residual a lo largo de su vida útil. Para efectos
del impuesto sobre la renta y complementarios, el valor residual y la vida útil
se determinará de acuerdo con la técnica contable.» La norma se limita a
señalar qué conceptos no se puede incluir en la base para liquidar la
depreciación. Por regla general la base para calcular la depreciación es el
costo fiscal del activo, el cual está compuesto por el precio de adquisición o
construcción, más las adiciones o mejoras que se realicen, como se señala en el
siguiente artículo:
El artículo 131 del estatuto tributario precisa que el Iva no se incluye
en la base para calcular la depreciación cuando ese Iva se haya tratado como
descuento o como deducción, es decir cuando no se haya llevado como mayor valor
del costo fiscal pues implicaría un doble beneficio. Precisa también la norma
que se debe excluir el valor residual del activo que se entiende corresponde al
que se fije según las normas contables vigentes, hoy las NIIF.
Métodos de depreciación aceptados fiscalmente.
El artículo 134 del estatuto tributario dispone que los métodos de
depreciación aceptados fiscalmente son los que determine la técnica contable,
por lo que tenemos que remitirnos a los que contempla las NIIF. En este aspecto
las NIIF no son precisas pues se limitan a señalar una serie de métodos
posibles, por lo que sólo cita algunos siguientes ejemplos como:
1. Método lineal o de
línea recta.
2. Método de
depreciación decreciente.
3. Métodos basados en
producción.
Pero la empresa podrá utilizar otros que puedan reflejar de mejor manera
la realidad de la empresa, o como señala el estándar para Pymes, el que mejor
refleje el patrón de consumo de beneficios económicos del activo en un futuro.
Lo importante es que cada empresa dentro de su manual de políticas
contables especifique el método o métodos que utilizará.
Limitación de la vida útil de los activos.
El artículo 137 del estatuto tributario señala que la tasa de
depreciación de los activos será la que indique la técnica contable, siempre
que la tasa por depreciación no supere las que el gobierno fije mediante
reglamento, lo que limita la vida útil que se pueda utilizar en la técnica
contable.
No obstante, el reglamento aún no ha sido expedido, pero la ley 1819 de
2016 al modificar el artículo 137 del estatuto tributario señaló que mientras
se expide la reglamentación de la nueva versión del artículo 137, se aplicará
la siguiente tasa de depreciación:
CONCEPTOS DE BIENES A DEPRECIAR
|
TASA DE DEPRECIACIÓN FISCAL ANUAL %
|
CONSTRUCCIONES Y EDIFICACIONES
|
2,22%
|
ACUEDUCTO, PLANTA Y REDES
|
2,50%
|
VÍAS DE COMUNICACIÓN
|
2,50%
|
FLOTA Y EQUIPO AÉREO
|
3,33%
|
FLOTA Y EQUIPO FÉRREO
|
5,00%
|
FLOTA Y EQUIPO FLUVIAL
|
6,67%
|
ARMAMENTO Y EQUIPO DE VIGILANCIA
|
10,00%
|
EQUIPO ELÉCTRICO
|
10,00%
|
FLOTA Y EQUIPO DE TRANSPORTE TERRESTRE
|
10,00%
|
MAQUINARIA, EQUIPOS
|
10,00%
|
MUEBLES Y ENSERES
|
10,00%
|
EQUIPO MÉDICO CIENTÍFICO
|
12,50%
|
ENVASES, EMPAQUES Y HERRAMIENTAS
|
20,00%
|
EQUIPO DE COMPUTACIÓN
|
20,00%
|
REDES DE PROCESAMIENTO DE DATOS
|
20,00%
|
EQUIPO DE COMUNICACIÓN
|
20,00%
|
Anteriormente la vida útil fue fijada por el decreto 3019 de 1989
compilado en el decreto único tributario 1625 de 2016 en el numeral 1.2.1.18.4,
norma que se entiende derogada por la exigencia del artículo 137 de limitar la
cuota de depreciación a las tasas allí fijadas.
Depreciación fiscal acelerada.
El artículo 140 del estatuto tributario permite incrementar la tasa de
depreciación fiscal, lo que equivale a incrementar la tasa máxima anual que
permite el artículo 137. Señala la norma: «El contribuyente puede aumentar la
alícuota de depreciación determinada en el artículo 137 de este estatuto en un
veinticinco por ciento (25%), si el bien depreciable se utiliza diariamente por
16 horas y proporcionalmente en fracciones superiores, siempre y cuando esto se
demuestre. El tratamiento aquí previsto no será aplicable respecto de los
bienes inmuebles.» Es natural que un activo que funciona 24 horas al día sufra
mayor desgaste que uno que funciona 12 horas diarias, por lo que la ley permite
reconocer esa realidad. Esto mismo puede definirse en el manual de políticas
contables en el caso que haya activos que deban ser usados intensivamente, pues
de lo que se trata es de reconocer el consumo del activo por nivel de uso y
aporte económico, pero en todo caso lo que se defina contablemente está
limitado fiscalmente a lo que dispone el artículo 140.
Depreciación de activos usados.
El contribuyente puede comprar bienes o activos usados que por supuesto
ya han sufrido un desgaste, ya han consumido una parte de su vida útil,
circunstancia que se debe reconocer, y el artículo 139 del estatuto tributario
fija las reglas que se deben seguir en tal evento:
«Cuando se adquiera un bien que haya estado en uso, el adquirente puede
calcular razonablemente el resto de vida útil probable para amortizar su costo
de adquisición. La vida útil así calculada, sumada a la transcurrida durante el
uso de anteriores propietarios, no puede ser inferior a la contemplada para
bienes nuevos en el reglamento.» La suma de la vida útil pasada y la que le
falte luego de adquirido no puede superar la establecida por el reglamento,
incluyendo los casos en que se utilice la depreciación acelerada.
Activos que se pueden depreciar en un solo año.
El artículo 1.2.1.18.5 del decreto 1625 de 2016 permite que los activos
menores a 50 UVT se deprecien en un solo año, es decir, se aplica una tasa de
depreciación del 100%.
Señala la norma:
«A partir del año gravable de 1990, los activos fijos depreciables adquiridos
a partir de dicho año, cuyo valor de adquisición sea igual o inferior a
cincuenta (50) UVT, podrán depreciarse en el mismo año en que se adquieran, sin
consideración a la vida útil de los mismos. El valor señalado anteriormente
corresponde al valor total del bien, incluyendo la totalidad de las partes o
elementos que lo conforman y no se refiere al valor individual fraccionado de
sus partes o elementos.» La Dian recién entró en vigencia la ley 1819 de 2016
consideró derogada esta norma, pero luego revisó su doctrina en el sentido de
reconocer que aún esta vigente (Conceptos 1416 y 21942 de 2017), por lo que de
momento estos activos se pueden depreciar totalmente en el año en que se
adquieren.